Por: Miguel Angelino Toriz
Este 29 de febrero llegó por fin a las pantallas de cine de todo el mundo la segunda parte de "Dune" del director Denis Villeneuve, y ya ha sido aclamada como una de las grandes obras cinematográficas mejores logradas de los últimos años, tal vez de la década. Muchas personas ya han podido verla y comentar de ella debido a la extensa gira promocional que han tenido los miembros del elenco y el director; Siendo nuestro país el primero en recibir a este talento para la primera premiere de la película en el Auditorio Nacional, y cabe decir que pocas veces se ha visto un evento tan grande con tantas estrellas de Hollywood juntas al mismo tiempo en una alfombra roja en México, pero es que una obra tan grande e importante como lo es Duna: Parte 2 lo ameritaba, y estábamos a punto de descubrirlo las miles de personas afortunadas que estuvimos presentes en ese recinto convertido en una inmensa sala de cine.
Duna fue por varias décadas considerada como una obra imposible de adaptar dignamente, pues la complejidad del mundo y de la historia escrita por Frank Herbert la volvían todo un reto del que aquellos directores que trataron adaptarlo no lograron obtener un resultado satisfactorio ni a la altura de la obra original que ha sido un pilar fundamental para el legado de la ciencia ficción de la actualidad. Pero el director de "The Arrival" demostró que si se puede hacer, pero no solo eso, sino que comentó que al igual que el elegido Paul Atreides, Denis nació con un propósito, el de realizar está película.
En Dune (Parte 1) conocimos a la Familia real Atraides, quienes gobiernan en el planeta, y por decreto del emperador del universo se les encomienda ahora también cuidar el Planeta Arrakis, un planeta desértico donde se produce una sustancia conocida como "La especia" la cual es el elemento más valioso del universo debido a que es el que hace posible el viaje interestelar, y que también funciona como una droga psicoactiva. Pero en esta transición, el protagonista la familia se vera en conflicto con los "Harkonnen", anteriores gobernantes de ese planeta. También en medio de todo se encuentran las "Bene Gesserit", un culto de brujas, de las cuales la madre del protagonista también forma parte, y quien concibió a Paul Atreides con la intención de llevar a cabo una antigua profecía. Ahora en esta segunda parte, después de un ataque de los Harkonnen a su padre y su ejercito, Paul une fuerzas con la tribu nativa del planeta, los "Fremen" para aprender sus costumbre, y llevar acabo así una rebelión y una venganza contra quienes destruyeron su familia; pero sin darse cuenta recorriendo una camino que lo llevará a convertirse en el Muad´Dib, la figura mesiánica de Dune
Si bien en la primer entrega fue bastante bien reconocida por la critica y ganadora de muchos premios, para un publico general está pudo resultar algo lenta o tediosa, al presentar varios conceptos y situaciones de ese universo, pero con un rumbo que parecía muy largo para llegar al clímax. Personalmente el final de la primer película me pareció algo abrupto pues en ese clímax solo vemos la llegada y aceptación de Paul a la tribu de los "Fremen" . Pero ahora en esta segunda parte, ya que están todas las piezas en el tablero, todo se ha intensificado y podemos ver el despliegue de la acción desde el primer momento, retomando desde nos quedamos. Funcionando como si la primera parte fuera el prologo para lo que esta por venir, y tratándose de una historia más épica de lo que podríamos esperar los que no hemos leído las novelas. Esta secuela comienza justo donde termino la anterior, siguiendo al Joven Paul Atreides y su madre Jessica en su camino para integrarse a la tribu de los Fremen, mientras los vemos aprender su cultura y costumbres con las que se sobreviven y dominan el desierto.
Mientras la primera película se encargó más de establecer las relaciones de los mundos, y la jerarquía de poder entre las diferentes casas, en esta segunda parte se encarga más de construir la relación entre Paul y la joven Chani, quien en la primer parte solo aparecía en visiones, pero aquí por fin se forma un enamoramiento orgánico que no parece forzado a pesar de estar anunciado en visiones, pero además está la relación entre Paul y los Fremen, donde algunos lo ven como el cumplimiento de una profecía y otros escépticos lo ven como un forastero, incluso él mismo, desde el inicio no se ve a si mismo como parte de esa profecía que podría ser una simple invención para manipular, pero lo más interesante de esta película es como, con los grandes dones que posee el protagonista, poco a poco va cumpliendo, a veces sin querer, los pasos para ser el elegido, aceptando poco a poco su camino, pero también con el objetivo de evitar un futuro devastador que ve en sus visiones y que tal vez, al igual que otras figuras y personajes conocidos, en su camino por querer evitar la catástrofe, termine siendo el propio causante.
Un aspecto muy comentado por el que se recomienda totalmente no perderse esta película en cines y verla si es posible en la sala con la pantalla más amplia es por el apartado visual, el cual es tan bello e impecable, así como también imponente en las secuencias de guerra y combates, y todo luciendo extremadamente realista, consiguiendo de este modo, narrativa y estéticamente, llevar la ciencia ficción a lo más alto. En serio, la película es tan atrapante que, tal vez puedas notar o no las casi 3 horas de duración, pero al final no querrás que termine.
Para este regreso a Dune tenemos al mimo reparto principal de la primera parte encabezado por Timothée Chalamet (Paul Atreides), Rebecca Ferguson (Como Lady Jessica), Josh Brolin (Gurney Halleck), Zendaya (como Chani), Dave Bautista (como Glossu Rabban), y Javier Bardem (como Stilgar), y se les suma más talento destacado de esta nueva generación con Florence Pugh y Austin Buttler. Por ahora se tiene pensada y esperada una tercera parte de esta saga, pero no ha sido anunciada oficialmente, además de que el director Denis Villeneuve tiene al menos un proyecto antes de regresar a este universo.
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